Clavel
Clavel
Tantas formas, colores suaves y, a veces, aromas: mezcla diferentes colores de claveles en un bonito ramo o incorpóralos a uno mixto. Fácilmente disponible, pero ten cuidado con el gas etileno: los claveles son muy sensibles a él.
El origen del clavel
El lugar de nacimiento original del clavel se encuentra en la costa del Mediterráneo. La popularidad de la flor se remonta a mucho tiempo atrás; los romanos, por ejemplo, ya usaban el clavel para hacer coronas de flores y colonia fresca. La flor también se puede ver regularmente en pinturas religiosas; como símbolo de Santa María y como símbolo del sufrimiento de Cristo. El nombre latino del clavel es Dianthus, derivado de Dios (Dios) y Anthos (flor). ¡Eso hace que el clavel sea una flor divina!
Colores y formas del clavel
Verde, morado oscuro, rojo oscuro, amarillo fosforito, color champán, naranja suave, rosa salmón, blanco o en otras combinaciones de colores: el clavel ofrece una gran variedad de colores hermosos. Pero ciertamente eso no es lo único especial de esta flor. Por ejemplo, ¿conoces sus diferentes formas? Hay claveles con flores simples y flores múltiples. Y el clavel también tiene pétalos llamativos; con bordes redondos, dentados o con flecos. No es de extrañar que el clavel sea un hermoso protagonista o complemento de cualquier jarrón.
Cuidados del clavel
- Asegúrate de tener un jarrón limpio.
- Llénalo con agua y alimento para flores cortadas.
- Quita las hojas inferiores.
- Corta los tallos de las flores.
- Mantén los claveles alejados de la luz solar directa y de la fruta madura.
Simbolismo del clavel
El clavel es símbolo de pasión, deseo y romance. Los pintores del Renacimiento de los siglos XV y XVI eligieron esta flor como extra en sus escenas de compromiso por una buena razón. Y en ese sentido, nada ha cambiado: el clavel sigue siendo un regalo apropiado para mostrar tu apasionado amor. O para reavivar la pasión en tu relación. Si fuera necesario.
Simbolismo del clavel
El clavel es símbolo de pasión, deseo y romance. Los pintores del Renacimiento de los siglos XV y XVI eligieron esta flor como extra en sus escenas de compromiso por una buena razón. Y en ese sentido, nada ha cambiado: el clavel sigue siendo un regalo apropiado para mostrar tu apasionado amor. O para reavivar la pasión en tu relación. Si fuera necesario.